Liliana Rancel
De acceso complicado
Este guachinche es un clásico del norte de la isla, pero su acceso no es fácil, ya que la carretera por la que se accede tiene una inclinación considerable. Para quien no lo sepa los guachinches solo pueden vender el vino que ellos mismos producen y una vez se les ha terminado, estos curiosos "restaurantes" echan el cierre.
La comida es espectacular, y muy bien de precio como suele ser normal en este tipo de negocio, cierra todos los martes y por supuesto y cuanto de les acaba el vino que suele ser más o menos en mayo. Lo clásico es el conejo, la carne fiesta, el cherne y por su puesto el vino. Curiosidad, esa botella de pepsicola con más años que abuela es donde te van a servir el vino.
Eramos 7 personas y salimos a 10€ por cabeza, con 3 platos de entrantes (pulpo, garzanzas y judías compuestas) y para compartir conejo frito y carne fiesta con sus 2 bandejas de papas, postres y café.
Por cierto las vistas desde fuera del guachinche, del valle de la Orotava y el Teide son tremendas.
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