Pasen, pasen,... y beban!
Un lugar imprescindible en Barcelona y sobre todo en el variopinto Barrio del Poble Sec. La Bodega Saltó es un lugar centenario, único, estrambótico diría yo. Uno llega a la puerta atraído por sus carteles de vinos y vermuts, por su estética de bodega de toda la vida, con tinajas y neveras de puertas gigantescas de madera, que por cierto, a mi me encantan, y de golpe entras como en el cuento de "Alicia en el País de las Maravillas". Os juro que volví sobre mis pasos porque pensé que alguien me gastaba una broma, y no, no es así.
La gran bodega Saltó, es la pionera de este nuevo "renacimiento" del barrio, de un barrio obrero, popular, donde las bodegas, las tascas, las tabernas, hacian las delicias de una población casi marginal que tenia como divertimento la cercana Avenida del Paralel y sus cabarets, molinos, teatros... Hoy en día queda impregnado en el ambiente de esta bodega todo este estilo bohemio que le dió el calificativo de la Montmatre barceloní.
El convencimiento de una pareja, apoyada por un conocido arquitecto salvaron del cierre a esta peculiar bodega. Cuentan que fué un flechazo a primera vista durante unas navidades, y os puedo asegurar que cuando entré, me paso algo parecido.
Tinajas, muñecos, peluches, cuadros, colores chillones, mesas por aquí y por allá, ambiente bohemio, toque kitsch donde los haya, y una atenta y divertida atención hacen de este lugar un maravilloso punto de encuentro para comenzar una buena ruta de la tapa por este barrio. Aquí encontrareís grupos de todas las edades, parejas de enamorados, artistas bohemios, barcelonís de pro, algún turista despistado con cara de asombro, pasando hojas de su guía turística como loco para encontrar, lo que no se encuentra en ninguna guía de Barcelona, rincones auténticos como este;-).
Ideal para el vermuteo y alguna tapita leve. Si teneís suerte, llegareís en pleno actuación de algún grupo del barrio. El ambiente está asegurado, y si no soís de mucho lio, pues siempre teneís la opción de quedaros en la entrada que se respira más el aire a bodega.
Para mi, un rinconazo más de esta ciudad que no deja de sorprenderme y regalarme joyas como esta.


