Golfo de Finlandia

Uno de los aspectos más curiosos de la población de San Petersburgo es que se sienten verdaderamente europeos. Esta característica viene remarcada seguramente por encontrarse sólo 156 kilómetros de la frontera con Finlandia. La mayoría de los residentes en la ciudad recurren a este destino para pasar sus vacaciones de verano.

Gran parte de los rusos poseen una "casa de campo", suya o de familiares, a más de 100 kilómetros de su trabajo, en medio de ningún sitio. Esta aglomeración expontánea de habitantes forman pueblos enteros falnqueados de bosques y riachuelos.

Estas casas suelen ser heredadas de la época comunista, en la que muchos fueron a esconderse en el país vecino, huyendo de la represión política como el caso del renombrado pintor ruso Ilya Repin.

Vivir el silencio y la sensación tan especial de contemplar el paso de toda una noche blanca a principio del mes de junio en el Golfo de Finlandia, del mar Báltico, por encima del paralelo 40, digno de ver.