Diego Perez De Moya
¡¡¡Susto!!!
Estaba paseando tranquilamente por el barrio de Shinjuku cuando, al cruzar una calle y por el rabillo del ojo me pareció ver algo en la lontananza. Como en una película de terror, me giré poco a poco para finalmente descubrir que simplemente era un rascacielos más, de los muchos que hay por esta zona de Tokio.
Cruzamos la calle y justo antes de doblar la esquina volví a sentir una mirada fija en mi. Me giré de nuevo y... ¡ahí estaba Gozilla!
¡Me hizo muchísima gracia! La primera vez que me volví no lo vi ya que la luz que lo ilumina se enciende y se apaga y justo en ese momento estaba apagada.
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