Gateshead Millennium Bridge

No hay duda de que una de las cosas que otorgan a Newcastle Gateshead un encanto especial es el río y, cómo no, sus cinco puentes. Los cinco puentes que unen ambas ciudades y que las convierten en sólo una, algo así como Budapest (con la ligera diferencia de que el nombre de las húngaras es suficientemente corto como para que al unirlas la palabra formada quede bien).

Y de entre estos puentes, el que más destaca es, claramente, el Puente del Milenio, una auténtica obra de ingeniería que se eleva de forma maravillosa para dejar que pasen barcos por debajo (si es necesari,o, claro).

Lamentablemente, no pudimos pillarlo en acción porque las subidas están previstas para ciertas horas y días de la semana, y no coincidíamos, debe de ser verdaderamente un espectáculo en sí mismo, ya que sólo el ver las estructuras que tiene ya asombran.

El puente del milenio de Gateshead es un puente peatonal, también abierto a las bicicletas, un puente que se mira increíblemente ligero, y una maravilla arquitectónica. Une las ciudades de Gateshead y de Newcastle, por cada lado del río Tyne. El puente es el primer puente rotativo en el mundo, se abre y se cierra un poco como una concha, para dejar pasar las embarcaciones hacia el mar. El diseño empezó con un concurso del ayuntamiento de Gateshead, buscando un plan de desarrollo más moderno para la cercanía del río. Entre otros edificios, se construyó el puente, que de hecho se armó a parte, y se trajó ahí de una sola pieza en el año 2000. El puente se abrió al público en 2001. Es un lugar aclamado por su estética, y el logro de los ingenieros que lo construyeron.