Un rincón, una historia
Garachico – San Juan Bautista del Reparo
Llegamos a Garachico (fundada sobre el año 1.496 por Cristóbal de Ponte, banquero genovés a las órdenes de los Reyes Católicos que participó financieramente en la conquista de las Islas Canarias y que recibió el enclave de Daute como pago a sus servicios) por la Carretera General del Norte, después de atravesar el Túnel de Las Aguas, y de haber recorrido 60 kms. desde la capital. Lo primero que reclama nuestra atención es su recién terminado Puerto: deportivo, comercial y pesquero, el cual hemos observado desde la entrada del túnel, aunque todavía no está operativo al 100%. En la misma entrada del Puerto se encuentra la Ermita de San Roque, protector ante las epidemias y la peste, que asoló la localidad entre 1.601 y 1.606. Una vez en la avenida marítima (es imposible no percatarse de la presencia del Roque de Garachico – Monumento Natural) giramos a la izquierda en la primera entrada que nos encontramos, frente a Cruz Roja, y subimos por la calle Cristóbal de Ponte (Génova 1.447 – Garachico 1.531), paralela al I.E.S de Garachico Alcalde Lorenzo Dorta; pronto alcanzamos la calle El Volcán hasta las faldas de los Montes de Garachico, donde empieza el sendero, el cual se encuentra perfectamente señalizado.
Antes de subir nos informamos un poco más sobre la Villa y Puerto de Garachico, todavía ostenta este título, que fue el enclave más importante de Tenerife desde 1496 hasta 1706. Los cultivos de plátanos, gusano de la seda, caña de azúcar, vides (Vinos de Daute), cueros curtidos, etc, hizo progresar económicamente a la población garachiquense y le dieron a su puerto un marcado carácter comercial, sirviendo de punto de enlace para los barcos que se dirigían a Europa, América y África.
Tal era su prosperidad que contaba con tres conventos de religiosos, dos conventos de monjas, una iglesia, un hospital, un castillo con batería de cañones para la defensa de la ciudad (Castillo de San Miguel), casas de nobles, mercaderes, caballeros de órdenes militares y señores terratenientes; también carpinteros para reparación de los barcos, toneleros para el transporte y almacenamiento del vino.
El día 5 de Marzo de 1706 la lava del Volcán Trebejo, también llamado Arenas Negras , sepultó el esplendor, el presente, el futuro y buena parte de sus riquezas (cultivos, negocios, enseres, barcos), entre ellas el fructífero Puerto y la mayoría de las edificaciones existentes. Desde entonces la actividad comercial se desplazó hacia el Puerto de la Cruz, en el Valle de La Orotava; posteriormente comenzó el éxodo de los habitantes hacia otros poblados y hacia otros continentes (existe un monumento al emigrante en la salida hacia Caleta de Interián) o se convirtieron en pescadores y agricultores. La erupción magmática hizo ganar terreno al municipio y creó unas piscinas naturales conocidas como El Caletón.
Hoy nos hemos extendido un poco con la historia de este pueblo, pero sentimos debilidad por el rincón más bonito que tiene Tenerife: “Conociendo Tenerife a través de sus senderos; cada rincón tiene una Historia que contar”.
Dejamos los vehículos en la C/ El Volcán y comenzamos a subir por una prolongada pendiente, pero de fácil acometida; la panorámica que se divisa desde nuestra atalaya es espectacular y vamos descubriendo toda la panorámica de la Comarca Isla Baja (El Guincho, Icod de los Vinos, San Pedro Daute, Las Cruces, Acantilados de La Culata, Caleta de Interian, Los Silos, Buenavista). El trazado en zigzag está cubierto de frondosa pinocha, debido a la gran cantidad de pinos que pueblan estas escarpadas paredes y los vestigios de la erupción volcánica son todavía evidentes. Nos encontramos con varias tajeas que transportaban abundante caudal de agua para los cultivos de plataneras de las zonas costeras. Los musgos y líquenes proliferan en las zonas más húmedas y sombrías del camino. Después de una hora de pateo llegamos a San Juan Bautista del Reparo, por la Calle El Lance, junto al repetidor de telecomunicaciones. Seguimos subiendo por la carretera asfaltada hasta encontrarnos con un imponente Drago.
Este sendero era utilizado antaño por los habitantes de los barrios altos de los municipios de El Tanque, Icod de los Vinos y Garachico, para el comercio con el núcleo poblacional costero más importante; destaca el transporte de la pinocha hasta el puerto, donde la vendían para el empaquetado de plátanos, amén de otros productos hortofrutícolas.
Nos acercamos hasta la Plaza de San Juan del Reparo donde pudimos observar que es punto de partida de varias rutas senderistas: Volcán Chinyero (9,9 Kms), La Montañeta (4,8 Kms.), San José de Los Llanos (12 Kms).
Volvemos a desandar el camino, poniendo mucho cuidado en no tener un percance, ya que las piedras sueltas, la tierra que invade el camino y la pinocha seca nos amenazan continuamente; debemos extremar las precauciones si vamos con niños.
También nos acercarnos al casco garachiquense para visitar su legado arquitectónico y como dato curioso podemos apuntar que todavía se conserva la antigua puerta que permitía el acceso al Puerto, por donde tenían que pasar todos los productos que entraban y salían del muelle, la cual se pudo recuperar después de la erupción volcánica; se encuentra expuesta en la Plaza Juan González de la Torre, frente al Castillo de San Miguel, y dicho acceso es conocido como Puerta de Tierra. También existe un busto en recuerdo de Cristóbal de Ponte, varias anclas de barcos antiguos y un enorme Lagar que data del siglo XVII.
La flora que nos encontramos está formada por pinos, eucaliptos, verodes, líquenes, musgos, palmeras, piteras, higueras, cultivos de naranjas, tabaibas y cardones, cada una ocupando el lugar que le corresponde, según estemos cerca de la costa o en parte alta de la montaña.
La fauna está representada por gaviotas, palomas y lagartos.
La distancia recorrida está alrededor de 4 Kms. y el tiempo empleado es de 2 horas; si visitamos el patrimonio histórico – arquitectónico, a discreción.
Lo más destacable de esta ruta es el entorno natural, la calidad paisajística, los monumentos arquitectónicos, la combinación mar – montaña, las gratificantes piscinas naturales, el floreciente turismo en la comarca, los cultivos de plataneras que inundan la villa, el nuevo puerto que dará un gran impulso comercial a la zona, las callejuelas estrechas y cálidas, el sabor de antaño y, sobre todo, la Historia que nos ofrece todo el conjunto.
La ruta no es circular, pero podemos llegar hasta El Tanque, bajar hasta Las Cruces y volver a Garachico por San Pedro de Daute.
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