La ciudad de la tolerancia y el respeto
Galway es en sí misma una atracción turística donde aún se puede saborear el regusto de la esencia irlandesa, aunque muchos se empeñen en tenerla en cuenta tan sólo como base para explorar sus alrededores, ya que se encuentra a poca distancia de otros imanes turísticos como la preciosa Connemara, los acantilados de Moher o las solitarias islas de Arán.
Pero Galway es más que eso.
Levantada en la desembocadura del río Corrib y dividida por él en dos partes, nos muestra en su orilla izquierda su centro histórico, mientras que la derecha guarda los edificios de la Universidad y el en su tiempo famoso barrio pesquero de Claddagh que a su vez toma el nombre del famoso anillo de compromiso ( que está por toda la ciudad y que se vende como churros) que representa dos manos que sujetan un corazón sobre el que hay una corona.