Una atalaya con vistas de infarto
Gallipienzo Antiguo, con poco más de 100 habitantes, es uno de los pueblos medievales navarros más encantadores. Situado en una atalaya, rozando el límite con Aragón, ha sido un enclave estratégico debido a su situación.
Casas de piedra, con blasones, repleta de calles empedradas, serpenteantes y con pendientes. Llama la atención la iglesia de San Salvador (s. XIII-XIV), con una de las cuatro criptas existentes en Navarra, situada en lo más alto, donde se pueden disfrutar de unas espectaculares vistas al pre-Pirineo, la Ribera y el río Aragón.
Unos paneles indicativos, nos aconsejan una ruta que podemos seguir para visitar el pueblo. Después de visitar la iglesia de San Salvador y la de San Pedro, nos dirijimos al observatorio de aves, donde podremos disfrutar de las vistas a la Reserva Natural de Caparreta, su fauna, el río Aragón y las ruinas de la ermita de la Virgen de la Peña o de la Concepción (s. XIII).