como en casa
Con hambre y curiosidad, me dejé llevar por el cartel que anunciaba comida natural...
Al entrar en el edificio, llegué en lo que pareciera callejón, al lado del hostal El Caminante, y entré a lo que parecía casa vieja.
El decorado me sedujo enseguida: entre retro, reggae y casero, con mesitas, cojines, guitarra y viejo televisor. La carta es corta: muchos licuados de fruta fresca, y 4 o 5 bocadillos.
Desgraciadamente éstos no son de los mejores (habría que culpar el jamón comprado en el super, no de muy buena calidad), aunque hay un esfuerzo evidente por proponer comida sana, con ensalada y buen pan ciabatta (se puede elegir entre el bocadillo de estilo panini, el sándwich y el wrap con tortilla, y se elige la "carne" entre jamón,jamón de pavo y vegetariano). Algo caro por lo que es (unos 4 euros).