Recuperando la historia
A veces, algunas veces, un monumento urbano vale no por su estética o su utilidad sino por su capacidad de enseñar a quienes lo contemplen la verdadera historia de akgún lugar.
Éste es el caso, esta fuente pretende que quien la contemple se olvide de la historia franquista de Alcaracejos y empiece a comprender su historia real. Gran empeño, es cierto, pero la cultura siempre se arraiga entrando por los ojos.
Y es que esta comarca, antiguo camino natural entre Andalucía y la Meseta, tiene una historia jalonada de opresión. Como cuando los llamados reconquistadores pasaron a cuchillo a sus habitantes. Excepto a aquellos que escaparon a tiempo, difundiendo por todas partes los toponimos locales. De uno de ellos procede mi apellido y por ello andamos redescubriendo este Valle, actualmente al margen del tránsito rodado.
En 1999 se instaló esta fuente en el espacio urbano más popular de la Villa de Alcaracejos, donde se celebran los mayores festejos de la localidad. Parece una fuente más, con una clara evocación hacia otros municipios del valle de los Pedroches y del escudo municipal. Pero no es así, posee una clara intencionalidad política y difunde otra versión sobre los aspectos históricos de la comarca, alejada de la tradicional.
Veinte años antes se construyó la Fuente del León en la plaza de Andalucía, con un vano con los escudos de las provincias andaluzas. Pasados esos años de la Transición el ayuntamiento decide inaugurar otra fuente con la misma temática pero actualizada. En lugar de colocar los escudos de las ocho provincias andaluzas se colocan los escudos de los 17 municipios existentes en la comarca, y en vez de situar encima del todo al león de gules del escudo de Alcaracejos se colocan cuatro leones sentados y varias caretas de leones rugiendo en sus laterales.
Conviene recordar que en 1557 las siete villas existentes en el valle se reunieron en Alcaracejos y decidieron unirse, repartiendo equitativamente los rendimientos comunales (Dehesas de la jara Ruices y Navas del Emperador) en función del número de empadronados en cada localidad. Pero en 1644 Felipe IV decreta que las tierras son suyas, porlo que las siete villas vuelven a reunirse en la Dehesa de la Concordia y se ponen de acuerdo en comprar la propiedad de las tierras y mantener sus repartos comunales. Tras pagar doce milducados en cuatro años.
Mas, en 1660, el rey se olvida de dicha venta y vende "sus" tierras al marqués del Carpio. Un siglo después la corona vuelve a conseguir "sus" tierras y desaparece este proyecto de comuna.
Fueron Alcaracejos, Añora, Dos Torres, Pedroche, Pozoblanco, Torrecampo y Villanueva de Córdoba. Estas siete villas han obtenido históricamente todo el reconocimiento marginando a los núcleos más pequeños pero igualmente existentes en la comarca.
Esa es una de las partes de la intrahistoria comarcal, la otra es el libro "Historia de Alcaracejos y su escudo", 35 páginas sin ningún rigor científico donde el alcalde franquista de la Villa expone una manipulada y politizada historia de la Villa. Es ésta versión la tradicional, la escrita por Germán Santos Caballero, quien dada la imposible oposición a sus tesis narra el apoyo del rey a las Siete Villas en todo momento, llegando al paroxismo de que decidió declarar las tierras de la comarca como propias para protegerles de la ambición de los nobles. Se crea un escudo de armas con un león de gules, lo que en heráldica significa un león en postura de ataque sobre fondo rojo, porque el león simboliza que algo pertenece al rey y se alude a un alcázar aún no encontrado. Se dignifica la labor de las Siete Villas, leales con la corona hasta el punto de pedir al rey que sus tierras les perteneciesen.
Esta versión tradicional de la historia prácticamente ha llegado a nuestros días y explica la fisonomía de la Fuente del León, construida en 1977.
Pero el tiempo va poniendo las cosas en su sitio y se va revisando esta película absurda e incongruente. Por eso la Fuente de los Pedroches no tiene un león, en referencia a la pertenencia al rey de sus tierras, sino cuatro leones sentados, en referencia a la bravura de los habitantes de los Pedroches que se enfrentaron a los deseos reales durante varios siglos. Y no recoge los escudos de las provincias andaluzas, ni siquiera los escudos de las siete villas, sino de los 17 municipios que componen el Valle.
Esperemos que se mantenga esta dinámica porque no hay cosa más absurda que inventarse nuestra historia para justificar ideas políticas. En la actual Plaza de los Pedroches, donde el pueblo de Alcaracejos celebra sus mayores eventos esta fuente es un libro abierto, una lección de la verdadera historia de estos parajes.
Algo se mueve en los Pedroches, por fin.


