Pese a su nombre, no tiene nada que ver...
Pese a su nombre, no tiene nada que ver con la época árabe. Este aljibe medieval, construido hacia el año 1200, fue pensado para refrescar y permitir el lavado de los peregrinos que realizan la ruta jacobea.
Para acceder a la fuente hay que atravesar una fachada de doble arco y bajar una cuidada y empinada escalinata, donde el agua brota por debajo del nivel del suelo
Permaneció cerrada desde el siglo XIX hasta 1991, por lo peligroso que era el acceso a los animales. La fuente fue restaurada por la Institución Príncipe de Viana.