Un lugar mágico en una sierra encantada!!!
La asombrosa Frigiliana, esa muy blanca, pequeña, sinuosa y pintoresca ciudad ubicada entre las sierras y el mar en la que recorriendo sus callecitas, subiendo y bajando por ellas, encuentras recodos, grutas, acequias, fuentes de agua y mayólicas de cerámica con escritos que narran su azarosa y rica historia.
Regresando al retrato que significa para los ojos este festival de coloridos y contrastes que pasó de la práctica de la agricultura, los viñedos y el olivo, al intensivo sembradío de los coloridos frutos tropicales como la piña, el aguacate, frambuesas, mango, maracuyá, chirimoyas, goyaba o guayaba, naranjas, mandarinas y la famosísima miel de caña, sus aceites y sus vinos, entre otras actividades comerciales como elaboración de piezas de cerámica, hierro, madera, etc. Lirios silvestres, estrella de las nieves, plantas aromáticas: palmito, enebros, romero, laurel y tomillo, todo un festín para la buena cocina: Siempre vivas, diente de perro, madreselvas, encinas, albaricoques y nísperos.