Fiesta del descenso del Sella

Donde crees que ya no cabe un alfiler, aún caben seis. Esa es la conclusión que extraje de mi viaje a Asturias para presenciar el descenso del Sella. Ignorante de mí, pensaba yo que iba a ser un fin de semana tranquilo, de contacto con la madre naturaleza y el sepulcral silencio. No me di cuenta de que quienes me proponían el fin de semana alternativo eran una panda de juerguistas innatos de los que Dios cría y ellos se juntan casi atraídos por imán a la fiesta, la nocturnidad alevosa y al ligoteo.

Así que en la fiesta de las piraguas, de interés turístico internacional, todo el perímetro festivo es ocupado por campistas que hasta casi ocupan las vías del tren.

El año pasado fue mi primera fiesta el e descenso del sella y me quede impresionado. Muchisima gente de todos lados,muy buen ambiente tanto en la fiesta como en el camping y sobre todo 3 días de fiesta memorable. El pueblo pequeño pero muy bonito con playa... un lujo de fiesta.

Son ya 5 años no consecutivos yendo al sella, y cada año es totalmente diferente al otro. El contacto con la naturaleza, la fiesta, y la diversidad de gente que se acerca desde todos los rincones de la peniísula, la playa, el descenso en canoa, las cuevas, la verbena... la sidra!! Son 3 días inolvidables que se han de vivir al menos 1vez en la vida

El Descenso del Sella, congrega a cientos de aficionados al piragüismo en una fiesta que cada año es más popular y donde más de un millar de embarcaciones, luchan por superar los 20 kilómetros de trayecto desde Arriondas hasta la meta en Ribadesella, mientras los asistentes animan y se divierten con este espectáculo irrepetible.

Además, este evento anual finaliza con la llegada de los piragüistas a la meta en los Campos de Ova y el comienzo de una comida campestre donde se degustan los mejores manjares de la zona, se bebe la mejor sidra y se disfruta de bailes folclóricos hasta la noche, cuando la fiesta se traslada a la monumental Ribadesella, con verbena y chiringuitos incluidos.