Es más conocido como faro de Bugio
Instalado en el fuerte de São Lourenço da Cabeça Seca, en medio de la bahía que forma la desembocadura del río Tajo, y es uno de los más carismáticos del mundo por su peculiar estructura, que data de 1775
La fortaleza original y el faro anterior fueron destruidos en el terremoto de Lisboa de 1755. El fuerte fue reconstruido rápidamente por ser su ubicación estratégica para la defensa de la ciudad en caso de ataques provenientes del mar, ya que, conjuntamente con las fortalezas de Trafaria y de São Gião da Barra, sometía a los corsarios a un fuego cruzado.
En 1945, con el fin de la Segunda Guerra Mundial, su interés estratégico desapareció y las guarniciones militares lo abandonaron, por lo que su uso a partir de ese momento fue exclusivo como auxilio a la navegación marítima.