Este faro se encuentra en Finisterre,...
Este faro se encuentra en Finisterre, que todos conocemos como el fin de la tierra y llegar hasta allí es bastante complicado.
Para llegar a Finisterre hay varias opciones, la que más os recomiendo es la de seguir la Costa de A Morte, a través de la cual vas bordeando todos los pueblos marineros.
Habíamos oído hablar mucho del faro, y yo incluso había indagado un poquito a cerca de su historia, pero lo que yo no me podía imaginar es que la belleza del lugar que rodea el Faro me dejaría sin palabras.
La carretera que lleva hasta el faro va bordeando el mar y ya desde lejos se puede ver como asoma. Llegamos a una explanada en dónde decidimos aparcar el coche y continuar caminando ya que se encontraba bastante cerca.
Tras recorrer unos cuantos metros caminando y pasar por delante de varios quioscos por llamarlos de alguna forma en los que se vendían recuerdos del lugar para los turistas por fin llegamos al faro.
No resultó ser tan grande como me lo imaginaba pero aún así es muy bonito. Está formado digamos que por tres partes, la primera de ellas es la torre desde la que cada cinco segundos se emitía un destello que tiene un alcance de tiempo ordinario de 31 millas marinas.
El segundo edificio es la Sirena y se encuentra anexo al faro y funcionaba en los días de niebla cuando esta impedía la visibilidad del faro.
Y por último está el Semáforo que antiguamente emitía señales para la marina, pero que hoy en día es una hospedería de turismo rural.
El faro está rodeado de un pequeño muro desde el que se pueden contemplar unas preciosas vistas entre las que está el Centulo (demonio). Se trata de una piedra llamada así que muchísimos buques naufragaron contra ella.
Giran en torno al faro varias leyendas y historias, una de ellas y la más impactante es que durante muchísimos, miles de años, la gente pensaba que todas las noches el sol se apagaba en las aguas de Finisterre y que más allá existían lugares de tinieblas y monstruos, supongo que por eso se le llama fin de la Tierra.
El faro es precioso, pero lo mejor es ponerse delante de él mirando hacia el mar, cerrar los ojos y dejarse seducir por el suave cantar de sus aguas, sentir el viento como acaricia nuestra piel y respirar la pureza del lugar.
Es una experiencia que os recomiendo a todos. Un saludo.