Cinco años en la Facultad de Derecho
Durante cinco años tuve la suerte de estudiar Derecho en una de la Universidades más antiguas de España, y en la que a mi parecer es también una de las facultades más espléndidas que se puedan encontrar a lo largo y ancho de la geografía nacional, por lo menos en lo que a la disposición y decoración del edificio se refiere.
Cuando tienes que aprender toneladas de páginas de memoria, repasar normas y artículos, etc, todo se hace mucho más ameno cuando entre clase y clase sales al pasillo y te encuentras con amplios corredores cubiertos de mosaicos, muy luminosos gracias a su patio interior, y agradables hasta para sentarse en los bancos a charlar un rato.
El edificio fue renovado en gran parte hace unos años, añadiendo una parte nueva y dividiéndose unas cuantas aulas en otras más pequeñas. La entrada principal presenta unas escaleras que se bifurcan hacia ambos lados hasta la segunda planta, mientras ventanales con vidrieras que aluden a la Ley y el Derecho se abren en la puerta superior.
En cuanto a las aulas, están también reformadas, y aunque son muy sencillas, son también funcionales. Además, cuenta con una biblioteca en la que tanto estudiantes universitarios como opositores pasan largas mañanas y tardes entre páginas de apuntes.
En definitiva, tanto si se está de paso como si se va a vivir una temporada en Valladolid, la Plaza de la Universidad y, por ende, la Facultad de Derecho son lugares de visita obligada para conocer la historia de esta ciudad castellana de tanto recorrido.