Lágrimas en el andén
El 6 de septiembre de 1861, hace 150 años y un poco más, el rey consorte Francisco de Asís inauguró la primera estación de Zaragoza, la estación del Norte. Aquí llegaban los trenes desde Barcelona, y desde la de Campo Sepulcro (que luego se llamó del Portillo) partían hacia Madrid.
Hoy sólo se conserva uno de los dos edificios sobre los que se apoyaba la cubierta metálica que había sobre las vías, concretamente el que tenía la fachada principal hacia la calle. Eso sí, hay algo que no ha desaparecido y que aún flota en el aire. Cuando en 1898 Miguel Echegaray y Manuel Fernández Caballero vinieron a Zaragoza para pasar las Fiestas del Pilar y documentarse para su zarzuela "Gigantes y cabezudos" compusieron una pieza inolvidable. Los soldados que vuelven de la Guerra de Cuba, los repatriados, con su traje de rayadillo, bajan del tren, salen de la estación, se encuentran con el Pilar enfrente y empiezan a cantar el famosísimo "Coro de repatriados", una de las piezas más logradas de toda la historia de la zarzuela (si queréis escucharla, pinchad en 'https://bit.ly/pnsofr'). Sólo por eso esta estación merece pasar a la historia.
