El rincón más encantador de Girona
El Barri Vell (casco antiguo) de Girona invita al viajero a perderse entre sombrías callejuelas empedradas repletas de edificios emblemáticos , empinadas “pujadas”, angostos pasajes y bellas plazoletas…, vestigios arquitectónicos y culturales legados por los diferentes pueblos (íberos, romanos, árabes, judíos….) que durante más de mil años han dejado su impronta en esta bella ciudad.
Uno de esos rincones mágicos en los que se puede sentir el peso de los siglos, respirar el bullicio callejero y disfrutar de un refresco o una deliciosa cena en los veladores de un coqueto Bistrot es el compuesto por la Pujada de Sant Doménec, el Palau dels Agullana de estilo gótico renacentista (conocido también como el palacio del Vescomtat), el palacio renacentista de Caramany y la iglesia de Sant Martí Sacosta con su particular mezcla de estilos barroco y neoclásico.