Una caminata muy recomendable
Paseando por el pueblo de Arbolí, vimos un cartel que indicaba, dirección a la montaña, que a 10 minutos a pie estaba la Ermita de Sant Pau, así que no dudamos y para allá que fuimos.
¿Cuál fue la sorpresa? Pues que el que hizo la medición del trayecto o es un especialista en trekking o nosotros somos más lentos que una tortuga.
Tardamos un poco más en subir y las subida no era precisamente fácil, pero oye, ¡que lo pasamos genial!
Y tras llegar arriba, ahí estaba la ermita y con una vistas espectaculares tanto del pueblo como de las montañas de la zona.
La ermita fue construida en el siglo XVII y ha sido reformada varias veces, en el año 1927 y 1974. Tiene una pequeña capilla con campanario y en el pasado, una imagen de madera que se salvó de los actos revolucionarios del año 1936, conservandose ahora en el pueblo.
A nosotros, además de darnos la bienvenida la ermita, lo hizo un pequeño perrito que no paró de ladrar durante el rato que estuvimos allí. Se ve que no está muy acostumbrado a la visitas.
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