Ermita de San Sebastián

Nosotros preferimos conocer la original que cuenta con el añadido de que por su altitud tiene un excelente mirador sobre la campiña.

Al llegar frente a ella aparcamos tranquilamente pues hay mucho espacio y observamos lo urbanizada que está la zona, perfectamente habilitada como mirador y cuidado su entorno. Había varios ancianos en la parte trasera charlando de su pasado y echamos de menos algún parque para mayores en la zona.

La ermita sigue una tipología clásica, una nave con tejado a dos aguas de tejas árabes y espadaña en la parte delantera. Exterioremnte reforzada con contrafuertes y con un banco corrido en tres de sus lados.

Es evidente que la estructura que hoy puede contemplarse no se corresponde con la original. En este cerro existía una fundición romana y alrededor una red de veredas con una población diseminada en alquerías, en la que posiblemente se alzó un eremitorio en la Alta Edad Media. Posiblemente porque las ermitas en casi todas partes tienen su origen en ermitorios donde los ermitaños se alejaban del mundanal ruido intentando vivir una vida austera y puramente cristiana. Con los siglos, cuando la moda pasó, los eremitorios se convirtieron en ermitas, se dotaron de campanas y de alguna imagen sagrada y se transformaron en iglesias rurales.
Las ermitas, llamadas santuarios cuando disponen de alguna Virgen y son de gran tamaño, tienen la misma tipología, recuérdese el Santuario del Rocío y cualquier de estas sencillas ermitas y en el fondo sólo cambian en el tamaño y el lujo de su interior.

Pero es también evidente que esta ermita no fue construida así en el siglo XIV. El conjunto está demasiado intacto, demasiado cuidado para ello, recordando que en 1755 el maremoto de Huelva que dio origen al terremoto de Lisboa causó daños en casi todos los edificios importantes de Andalucía. Tampoco se explicaría el topónimo de "El Santo" que se ha dado a este cerro.

El lugar siempre ha contado con gran fervor popular. Se cuenta que las jóvenes solteras de la localidad iban hasta la ermita a tirar una piedra a su campana, como fórmula para que San Sebastián les concediera novio. Está claro que los jóvenes solteros estarían pendientes de las jóvenes que demandaban novio, sobre todo cuando para hacerlo tenían que alejarse del pueblo.

A finales de enero se celebra la Romería de San Sebastián, ese día se sube hasta la ermita para pasar un día de campo en sus alrededor y comer el clásico hornazo (torta de anís con un huevo cocido en el centro). El punto de partida es una misa tras la cual se realizn algunos juegos populares, como las carreras de saco en la carretera y divertimentos similares.

La ermita está totalmente cerrada, apenas un ventanal enrejado en un costado para ventilación. Por no tener ya no tiene ni la campana de las solteras, lo que en sí está prohibido por las normas eclesiásticas que establecen que debe haber una campana al menos en todo edificio dedicado al culto. No es la única ermita en el Valle con esta peculiaridad.

Opinando desde el punto de visa de un viajero me habría gustado que la ermita estuviese accesible, como hay otras ermitas rurales que permiten la visión del interior a través de un enrejado.

Tan interesante, o más aún, que la historia de esta ermita "de las novias" son sus espectaculares vistas. Ya sé que está al margen de la carretera nacional pero merece la pena un alto en el camino para relajarse aquí contemplando la Villa desde lo alto, la serranía al fondo y sintiendo la magia de un lugar tan cuidado y silencioso como este Cerro del Santo.