Junto a Sanlúcar se encuentran unos ...
Junto a Sanlúcar se encuentran unos pinares que forman parte de Doñana. Hay que tomar la carretera de Bonanza y seguir siempre recto hasta que el aslfato se acabe. Una vez allí se entra en Doñana, pasando por un ancho camino de tierra con algunos obstáculos artificiales para reducir la velocidad del tráfico. Al final de estos pinares está la Ermita.
Otra forma de llegar es por Trebujena, bordeando el río Guadalquivir, aunque también es zona con abundantes baches.
Estos pinares siempre han sido zona sagrada. La construcción de esta ermita pretendía canalizar la religiosas de los vecinos habitantes. Este pinar era en época protohistórica un conjunto de dunas móviles con algunas pequeñas islas. En ellas se congregaba la religiosidad local, hasta el punto de que los fenicios instalaron un santuario en una de las islas. El yacimiento está muy cerca de la ermita y parece ser que era habitado por una orden femenina y frecuentado por los marinos.
Los pinares, aunque el agua se ha retirado de los mismos, continúan siendo una zona especial. Ahora pertenecen al Parque de Doñana y los sanluqueños continúan utilizandolos como alternativa de ocio. Por ello fue necesario construir una sencilla ermita, al final de los mismos.
El equipamiento es bastante completo. Aparcamiento hay de sobra. También dispone de un área recreativa adjunta, conocida como La Ermita; de servicios públicos y de chiringuito con terraza. También se puede llegar junto a la Ermita por senderos de cemento idóneis para las bicicletas y a caballo, disponiendo de un bebedero junto a la Ermita.
El edificio está en alto, con una escalinata construida hace pocos años. En un lateral tiene una escalera que lleva a una dependencia alta donde se guardan objetos de culto. La Ermita siempre está cerrada, salvo cuando hay celebraciones religiosas. Pero, aún así, por las ventanas frontales puede observarse su contenido: Una Virgen con Niño, tres cuadros y varias tallas sacras. El concepto de Virgen con Niño es curioso porque acentúa la naturaleza de la mujer como madre frente a la visión tradicional de la prostitución sagrada que en este pinar se ejercía.
El edificio en sí tiene escaso valor artísitico, pues sus líneas son demasiado funcionales, adoptando forma de caja.
