Vistas al Ebro
Durante años, la ciudad ha buscado la manera de incorporar el río a la vida de la urbe, explican los carteles turísticos de la zona de Entrepuentes, el paseo de la ribera del Ebro que queda entre el Puente de Hierro y el de Piedra. Hubo varias propuestas: plantar las vías del tren o inventarse un "espacio de baño y embarcadero", pero al final optaron por un proyecto industrial que incluía la remodelación del Matadero Municipal y la instalación de las Bodegas Franco-Españolas. Y como fan absoluta de los espacios industriales, no puedo estarles más agradecida.
Pongámonos en situación: antes, después o durante el paseo por el casco histórico, sales al Puente de Hierro y te topas con las vistas más bonitas de la ciudad. Con el Puente de Piedra al fondo, el Matadero (reconvertido a Casa de Ciencias) a un lado y el agua del Ebro, testigo de todo, reflejando el panorama. Debajo, el tranquilo paseo de la ribera, que también va bien para hacer bajar los pinchos que previamente habrás tomado en la Calle Laurel y aledaños.