Elevador da Bica

Uno de los emblemas de Lisboa son sus tranvías, los cuales aún funcionan desde su puesta en funcionamiento a finales del siglo XIX.
De este pintoresco sistema de transporte, se desprenden los llamados funiculares, que debido a la existencia de colinas en la capital lusa, se crearon como solución para el desplazamiento desde la parte baja de la ciudad hasta sus zonas altas.
De los funiculares que existen, el más llamativo es el que se encuentra en la Rúa da Bica, el llamado Funicular da Bica. Este bonito sistema de tranvías es una marca lisboeta y la experiencia de montarse es de lo más relajante, acogedora y romántica.

Inaugurado el 28 de junio de 1892, este es el elevador más típico de Lisboa y que circula por una de las calles más pintorescas. Está declarado Monumento Nacional desde 2002.
Hace la ruta entre la Rua de São Paulo (Rua Duarte Belo) y Largo de Calhariz, en lo alto.

Como todos los elevadores de Lisboa, funciona por contrapeso del otro funicular. Eso sí, en el Ascensor da Bica mejor no hacer bromas sobre si podrá con todos los pasajeros, ya que te puede ocurrir como a mí y que de verdad el ascensor no pueda subir y tengas que hacerte toda la calle andando.

Tarifa: 3,60€ (2 viajes) Incluido en Lisboa Card
Horario: Lunes a domingo: 7:00 a.m. a 8:55 p.m.

Dada la orografía de la ciudad de Lisboa y con la finalidad de facilitar el acceso a los barrios situados en las zonas altas, se han constuido varios elevadores para que sus habitantes tengan la oportunidad de acceder sin esfuerzo a dichos barrios. Los cuatro elevadores son: El de Santa Justa, el de Bica, el de Gloria y el de Lavra. Este último no funciona en la actualidad. El primero es un ascensor y los dos siguientes una especie de tranvías.

Con su recorrido de 200 metros por una calle estrecha, une dos barrios lisboetas.
Inagurado en 1892, la parte baja está en el interior de un edificio... No busquéis la parada fuera porque no lo encontrareis.

Lindo para pasar y tomar una foto. Hazlo de día y tendrás los mejores recuerdos.

Cierto que cumple una función turística, pero están muy mal cuidados y el precio del ticket es desorbitado respecto a otros medios de transporte en la ciudad.

Parece alucinante que el tranvía sea capaz de subir esto. La alternativa, las escaleras, es muy cansada pero también tiene encanto.