Endiabladamente hermoso
Este magnífico puente que cruza el río Llobregat, fue obra romana, no del diablo, aunque se pueda pensar lo contrario por la audacia de sus constructores y reconstructores para poder mantener sus luces de manera casi mágica utilizando unos elegantísimos y ligeros pilares, sobre todo teniendo en cuenta que por encima debían pasar carros y carretas, legiones y ejércitos.
Muchas remodelaciones tuvo que sufrir el puente a lo largo de los siglos hasta quedar tal y como lo vemos hoy, llegando a quedarse con sólo dos arcos, y dando gracias a la fortuna, ya que fue totalmente destruido por las tropas del Ejército Popular de la República en retirada en 1939. Debieron pasar casi treinta años para que fuera reconstruido y en los últimos años devuelto a la vida, tras ser minuciosamente limpiado y adecentado para mayor gloria de los encantos de la ciudad de Martorell.