Visitar este muelle es darse un...
Visitar este muelle es darse un banquete de contrastes. Entre la pobreza, la miseria, la cotidianidad laboral de quienes intentan sobrevivir en este lugar, su cultura mixta de costeños y andinos, de emigrantes y propios, se encuentra la grandeza misma de la naturaleza, la majestuosidad del río más grande de Colombia y su imponencia.
Al sentarse en una orilla del muelle, sin recordar el pasado marcado de sangre de esta tierra, cerrando los ojos a un 'ayer' que fue azotado por las balas de las guerrillas y los grupos paramilitares, se siente el correr de las aguas, la fuerza de su corriente... Aquella corriente que se lleva día tras día los malos recuerdos de la guerra.