E.Sonia Requejo Salces
el único río sin destino .
Llego el momento de disfrutar de otra maravilla , alojados en uno de los camping , junto a las orillas del delta . Tras instalarnos salimos a la terraza del restaurante , un lugar donde el relax esta garantizado , a conectarnos y cargar baterías ya se sabe !
Al atardecer salimos de safarí nocturno , en lancha rápida ¡ Bueno no estuvo mal , pero el motor asusta y si que vimos ojos que brillaban y pajarillos ocupando sus papiros y cañaverales , cocodrilos mimetizados en las orillas y algún que otro animal barritando .
Sería al amanecer que nos esperaban los barqueros de los " mokoro " con sus pértigas , que con esfuerzo clavan en el fondo de la ciénaga , aunque no era muy profunda .
Partimos impulsados a través de unos canales estrechos , bordeados de papiros unos esbeltos , preciosos .
Otros rotos por y para los caminos de los hipopótamos - elefantes y un mar de nenúfares en flor . Que gentilmente ante el sol el mokorero , me confecciono con un nenúfar , un sombrero único sin duda .
Los tonos eran preciosos y una luz especial la verdad que invitaba a sentirse unos auténticos privilegiados , que es lo que éramos .
Temía que terminara , llegamos a una isla dentro del delta donde acampamos . Una noche en tiendas , cenando bajo ese cielo cuajado de estrellas y arrullados por los sonidos de la naturaleza y su fauna , un sencillo lujo .
Al amanecer invertimos poco tiempo en refrescarnos en la ducha portátil , con un sistema curioso . Y salimos de nuevo por los canales del delta a disfrutar del entorno , sus arboles de bayas de amarulá , de las que arrasan los elefantes , pues les privan su sabor dulzón .
Tras comer y descansar quedaba el espectáculo de navegar , sería más correcto decir de dejarnos llevar por los canales del delta , hacia ese momento único y privilegiado con esos colores naranjas y de fondo el trino de los pájaros .
Que momentos tan maravillosos por tierra , serpenteando sus canales , sentirlos colman y justifican sin duda la excursión por los múltiples brazos , lagunas eh islas , del delta del Okavango llenos de vida .
Otros rotos por y para los caminos de los hipopótamos - elefantes y un mar de nenúfares en flor . Que gentilmente ante el sol el mokorero , me confecciono con un nenúfar , un sombrero único sin duda .
Los tonos eran preciosos y una luz especial la verdad que invitaba a sentirse unos auténticos privilegiados , que es lo que éramos .
Temía que terminara , llegamos a una isla dentro del delta donde acampamos . Una noche en tiendas , cenando bajo ese cielo cuajado de estrellas y arrullados por los sonidos de la naturaleza y su fauna , un sencillo lujo .
Al amanecer invertimos poco tiempo en refrescarnos en la ducha portátil , con un sistema curioso . Y salimos de nuevo por los canales del delta a disfrutar del entorno , sus arboles de bayas de amarulá , de las que arrasan los elefantes , pues les privan su sabor dulzón .
Tras comer y descansar quedaba el espectáculo de navegar , sería más correcto decir de dejarnos llevar por los canales del delta , hacia ese momento único y privilegiado con esos colores naranjas y de fondo el trino de los pájaros .
Que momentos tan maravillosos por tierra , serpenteando sus canales , sentirlos colman y justifican sin duda la excursión por los múltiples brazos , lagunas eh islas , del delta del Okavango llenos de vida .
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