Nunca he sido un apasionado de la...
Nunca he sido un apasionado de la geología, pero el Flysch consiguió acaparar mi atención y todo lo que se puede deducir de ello me acabó enganchando como si de una novela de Sherlock Holmes se tratara donde podemos ver como en su escala nuestro propio planeta también está vivo.
Durante millones de años, los seres vivos que habitaban los océanos acaban en los fondos marinos, se iban compactando e iban formando con infinita paciencia una capa tras otra. Como un paquete de folios sobre una mesa, en la que cada folio abarca unos cuantos centenares de años. Cuando millones de años más tarde la península ibérica (que en aquel entonces era una isla) se chocó y unió al resto de continente europeo formando los Pirineos, muchos de estos estratos salieron a la superficie y algunos acabaron girados, formando estas espectaculares formas que recorren 13 kilómetros de la costa Vasca constituidos ahora como un geoparque.
Estas capas en vertical, nos dan una lectura de la historia de la tierra durante todos esos años. Los geólogos han estudiado los restos de especies que hay en cada estrato y curiosamente hay un momento en que la mayoría de las especies dejan de desaparecer, acompañados de otros componentes como el iridio, muy escaso en nuestro planeta que coincide con una enorme cantidad encontrada en Yucatán en la misma época de estratos, lo que reforzaría la teoría de la extinción de los dinosaurios por impacto de un meteorito.
Esta es solo una de las curiosidades que se pueden ir leyendo en estas piedras. Hay por supuesto, un centro de interpretación en la propia Zumaia para aprender alguna de estas curiosidades, pero os recomiendo encarecidamente que toméis el barquito que os llevará recorriendo la costa (se puede contratar en la propia oficina de turismo de Zumaia) durante los 13 kilómetros para poder admirar esta descomunal obra de la naturaleza en todo su esplendor junto con un geólogo que os explicará esta y muchas otras cosas. Nosotros lo vimos por la mañana y a mi me pareció precioso, pero según nos comentaron por la tarde al atardecer se debe poner aún más bonito, con las rocas iluminadas por el rojo del sol. No os lo perdáis.


