Roberto Gonzalez
El castillo del río
Ciudad mil veces nombrada por su espíritu independentista y las batallas que tuvieron lugar en ella o en sus alrededores, Limerick lleva en la sangre el germen de la rebeldía. Cuando no luchaba contra Inglaterra lo hacían sus obreros contra las patronales abusivas o contra las crisis económicas que llevaron a miles de irlandeses a emigrar a América.
Lo que era una ciudad triste y marcada por las múltiples vicisitudes históricas, muestra hoy una cara más vital, , vivaz y deseosa de mostrar las bellezas que posee.
Y una de ellas se encuentra en el extremo oeste de la ciudad, justo donde desemboca el caudaloso y también rebelde río Shannon en su enorme estuario. Allí, encontramos dos hitos de la construcción irlandesa.
Por un lado el imponente castillo de King John, el famoso Juan sin Tierra,- si, el mismo de Robin Hood-, que después de ser levantado pasó de mano en mano y de familia en familia hasta ser cuartel militar. Hoy es un museo que cuenta los terribles asedios que sufrió por parte de Orange y Cromwell mediante audiovisuales, paneles, maquetas, reconstrucciones de bancos y carros antiguos, fabricación de monedas, etc. Entretenido, pero sólo si dominas el inglés.
Por otro lado el puente de Thomond, erigido alrededor de 1185 como paso desde el castillo de Limerick al otro lado del río Shannon.
Fue reconstruido varias veces a lo largo de la historia, y es el más antiguo de la ciudad, aparte de haber sido durante siglos el único puente que cruzaba el Shannon. Al final del puente encontramos la llamada Piedra del Tratado, que recuerda el documento que sellaba la paz tras el Asedio de Limerick.
Recomiendo pasear por la orilla izquierda del río para poder ver el castillo y el puente en todo su esplendor.
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