A la conquista de la Historia
Dublinia nos sumerge en el pasado, en la historia de la ciudad desde su fundación, pasando por la época anglonormanda hasta llegar a la famosa Reforma que calusura la Edad Media.
Esta exposición multimedia, ubicada en un edificio victoriano perfectamente restaurado pero con algún que otro añadido contemporáneo poco acertado, consta de tres niveles más una torre a la que pocas veces puede accederse.
Empezamos por la que quizá sea la planta favorita de los visitantes, la vikinga, donde Dublinia nos presenta la realidad de estos fieros hombres del norte. Consigue mediante representaciones hacernos entender que realmente eran comerciantes y granjeros, evolucionados, si, de aquellos sanguinarios saqueadores que llegaron a las costas de Irlanda para robar e incendiar los ricos monasterios de la isla, pero que se quedaron para fundar la que hoy es capital de Irlanda.
Un asentamiento que ya consolidado fue conquistado por los anglonormandos, cuyas tropas nos suben al segundo piso donde encontramos la exposición medieval, cuya principal atracción es una magnífica maqueta del Dublín del siglo XV. Seguimos el trayecto recomendado para pasar por la casa de un rico comerciante, un muelle donde descargan ropa, sal y buenos vinos, una feria con sus mercancías y mercaderes, la aparición de las enfermedades- como la peste- en las insalubres calles de la ciudad, para acabar con la parte correspodiente a la Reforma, que marcó el final de la Edad Media y empezó a forjar el espíritu rebelde de la actual Irlanda.
Acabamos en el último piso, dedicado a la arqueología que ha excavado las calles y edificios de Dublín en busca de sus raíces. Una laboratorio, una biblioteca llena de antiguos mapas, muestras de huesos y esqueletos y una reflexión final sobre el legado de los vikingos y la época medieval en el Dublín moderno.
Un paseo por la historia de la ciudad que no convendría perderse.