Doëlan

Sin caer en los tópicos, este pequeño pueblecito de pescadores de Bretaña, lleva al imaginario conjunto, al típico pueblo pesquero donde rodar una película. Su puerto, lleno de barquitos de colores y botes para la pesca, se esconde tras el faro de su cabo más saliente. Una lengua de agua en el pueblo se llena de vida todos los días, al llegar los barcos tras la faena. La dulzura de sus casas encaladas con contraventanas de color oscuro en los escarpados bordes llenos de vegetación se contraponen a la bravura del mar, de quien el faro es guía para los que osan entrar a ganarse la vida en él.