Nuestro Origen
En abril de 1968, cerca de Ribadesella, un grupo de espeleólogos descendieron a través de una sima para encontrarse con una maravilla del arte rupestre, de la época magdaleniense. La cueva de Tito Bustillo (nombre recibido en honor a la muerte de uno de los compañeros días después) recoge una auténtica joya de la pintura rupestre paleolítica, aunque por motivos de conservación solo se pueden observar parte del panel central.
Es una visita más que obligada si estáis en Ribadesella o alrededores, aunque eso sí, al ser una cueva protegida existen los típicos pases por los cuales solo pasan grupos de 10 personas aproximadamente y suele estar lleno por lo que recomiendo hacer una reserva cuanto antes para que no os quiten la plaza.