Ver diversidad de pinturas rupestres
La cueva del Pindal se sitúa en las proximidades de la localidad de Pimiango (concejo de Ribadedeva), y para llegar a ella, es muy fácil si vas por la carretera N-634, y coges la desviación, en dirección a Pimiango, de la travesía de El Peral (carretera local RD-1). Llegando a este punto, simplemente hay que bajar en dirección a la ermita de San Emeteri.
La situación de la cueva es espectacular, por donde se haya ya que se encuentra sobre el mar (Cabo de San Emeterio) y los paisajes que la rodean conforman un lugar único e inigualable.
La información detallada que se encuentra en el recorrido de la cueva, es importante para poder descifrar algunas de las pinturas representadas.
En el interior de la cueva se pueden ver diversidad de pinturas rupestres, como bisontes, caballos, algún ciervo, un mamut (conocido como el “elefante enamorado”, ya que estaba pintado en color rojizo y actualmente solo se conserva una parte de él que parece un corazón), etc. Pero lo que más me llamó la atención fue ver representada la figura de un pez, algo poco común en las pinturas rupestres más destacadas de España.
También se observan abundantes signos en color rojizo negro como puntos o trazos.
La cueva abre todo el año, pero sólo de miércoles a domingo de 10:00-14:00 y de 15:15-16:15 h, ya que los luens y los martes pertenece cerrada. Se realizan seis pases diarios, en grupo de 20 personas, como máximo.
Y para poder disfrutar de esta maravilla, se recomienda hacer reserva, para no realizar el viaje en balde.
El precio de la visita a la cueva es asequible; es de 3€ para adultos, y para niños (entre 7 y 12 años) y personas mayores de 65 años, hacen el 50% de descuento.

