Cortylandia

Un año más, El Corte Inglés ha decorado su centro de Goya, para que mayores y pequeños disfrutemos de un día de compras a la par que de una cuidada decoración navideña. En la Plaza de Felipe II se ha instalado Cortylandia.

Desde hace varios años allí se instala también una pequeña pista de patinaje sobre hielo. Este año, además, han añadido algunas atracciones para que los más pequeños también puedan disfrutar de la Navidad. A pesar del frío que reina estos días en la capital de España, los niños y sus acompañantes pueden montar en un trenecito ad hoc montado para la ocasión. Bueno, en realidad, son dos los trenecitos instalados en la explanada de El Corte Inglés. Por un precio de 1.50 euros cada entrada, se disfruta de cuatro vueltas en torno a las Navidades en el Mundo: México, Italia, España, etc...

Cuando llega la navidad hay un evento muy esperado por los madrileños más pequeños, y no nos engañemos, por muchos nostálgicos padres;).

Este año, el tema elegido está muy relacionado con la filosofía de minube, y realmente me ha hecho mucha gracia encontrarme, durante mi paseo por la zona comercial de Goya con el Cortylandia de este año que lleva como título: Navidades en el mundo.

Es genial!!!, era como ver minube en muñequitos de cuento. En un momento estás en París, Venecia, Londres, Laponia, etc...

Bueno, aquí os dejo un pequeño reportaje de fotos. ;)

Espectáculo infantil durante las Navidades en Madrid. En la fachada del Corte Inglés de Preciados.

El sentido comercial o materialista de la Navidad no está en los ojos de los niños sino en sus padres. El cortylandia y esa "alegría en este día porque hoy es Navidad", está tan ligado a estas fechas para los que fuimos niños en Madrid como la nieve para los que disfruten de ella mientras canten villancicos.

En Madrid difícilmente nieva, pero la visita al Cortlandia no puede fallar. Veo a un niño que tiene algo de miedo ante unos cañonazos. Su padre le muestra fascinado hacia dónde debe mirar para no perderse los pormenores del evento. El niño, boquiabierto, no repara en tanto. Al padre le brillan los ojos.

Los más pequeños siempre disfrutan con las actuaciones de cada año. Sin duda algo típico de la Navidad en Madrid.