Pablo Jesús Lorite Cruz
Un gran desconocido.
Al igual que la semana santa de Úbeda es muy conocida, el Corpus de la ciudad es bastante desconocido. La cuestión se debe a que tan solo dura unas cuatro horas en una jornada al año, pero en esas horas que van desde las ocho y media de la mañana a las doce del mediodía la ciudad se transforma completamente para recibir a la custodia de Versalles que un día regalara el propio Luis XIV de Francia a María de Molina, una dama ubetense de la corte de Felipe IV de España que enamoró al rey con sus cantos.
Es meritorio y a nadie deja indiferente visitar Úbeda el día del Corpus, cuando las calles de la ciudad están sembradas de fresca juncia y más de veinte altares de arquitectura efímera marcan el recorrido de la procesión.
La procesión es llamativa, pues sale de la colegiata de Úbeda y llama la atención desde el paso de las niñas romeras (traje típico de la ciudad), la patrona que acompaña como primer paso a la comitiva, las cofradías colocadas por orden de glorias, pasión y sacramentales, el paso del clero, las badas de música y los años en que no ha terminado el curso académico de la Guardía Civil.
Leer más
+10