El convento de la vergüenza
Íbamos por carretera y al pasar por el pueblo de Garrovillas de Alconétar nos llamaron la atención unas ruinas. No podíamos identificar de un primer vistazo si era un castillo o qué, pero lo que fuera estaba compuesto por varios edificios y resultaba muy grande, así que nos salimos por un camino para ir a verlo.
Resultó que aquello era un antiguo convento. Junto a él, una pintada en una puerta metálica daba alguna seña: "EL CONVENTO DE LA VERGÜENZA", decía.
La iglesia era muy monolítica, y sus muros habían resistido bien. El resto de las dependencias, sin embargo, estaban que daba hasta miedo. Llenos de pintadas, de cascotes, sin casi ningún techo en pie, algunos antiguos frescos de las paredes se empeñaban todavía en hacerse visibles a pesar de la degradación absoluta.