Rocio
Un convento entre palmeras
Construido en la segunda mitad del siglo XVII, el Convento y la Iglesia de San Francisco son entonces la sede de una nueva orden religiosa que hace su aparición en la isla: Los Franciscanos. Mucho más sobríos que los jesuitas, los franciscanos rehusaron utilizar sus instalaciones y construyeron su propio templo.
Además de servir como local de culto, el Convento funcionó como Centro de Formación donde los padres enseñaban algunos oficios a la población local.
La iglesia ha sido totalmente restaurada entre 2001-2002 y algunas partes del Convento fueron consolidadas en la misma actuación, como la Capilla de los Templarios, la acequia o los arcos de las celdas de los monjes.
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