Marcos Paradinas
Las ventajas de ser conservador
Y no sólo en lo que se refiere a conservas, sino el sentido de procurarse un futuro desde el presente. Porque cuando uno se decide a pasar por la tienda del Consorcio en Santoña tiene que convencerse de que es necesario rascarse el bolsillo hoy para asegurarse la felicidad en el futuro.
Y es que los packs del Consorcio se venden en grandes cantidades, no se trata de una tienda donde uno vaya a comprar una lata de anchos. Conviene rascarse el bolsillo y pagar 45 euros para llevarse, por ejemplo, una caja de 12 latas gigantescas de Bonito del Norte que posiblemente lleguen a durar un año, dado que es preferible comerse a cucharadas de la propia lata que malgastarlo en una ensaladilla rusa.
Lo mismo ocurre con las anchoas, un verdadero manjar de reyes, suaves como el algodón y que no tienen nada que ver con esas mojamas espinosas que venden en Mercadona. O los mejillones, de un tamaño tan considerable que buscan escapar cada vez que abres una lata.
Duele, es cierto. Pero cuando estés en casa en pleno invierno y abras una lata de anchoas sabrás que hiciste lo correcto.
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