Arquitectura versus naturaleza
Para llegar al conjunto histórico de Les Bons es necesario previamente callejear por el pueblecito de mismo nombre que pertenece a la parróquia de Encamp. Está formado por la Iglesia de Sant Romà, una torre de defensa y un depósito de agua.
Gracias a las casas que te vas encontrando te puedes resguardar del intenso sol que golpea. Sólo el silencio y el ruido de tus pasos te acompañan a lo largo de la subida por unas calles empredadas donde parece que el tiempo se ha detenido inexorable.
En Andorra hay que estar muy atento para no perderse lugares como este, ya que normalmente es visitado o por sus tiendas o por sus pistas de esquí. Pero también hay rincones de indreíble factura arquitectónica y de precisa artesanía románica, donde el hombre ha dejado su huella, pero en estos casos, una huella sabiamente integrada en su entorno.
El conjunto que se ubica en la parte más alta y elevada nos sorprende por su quietud, por su soledad y serenidad. Les Bons ofrece unas vistas espectaculares de esta zona de Andorra, además de adentrarnos en la arquitectura mejor conservada de la zona.
Cuando llegas, después de una subida que rompe las piernas, no te queda más que sentarte a disfrutar de las vistas, del paisaje, de la serenidad que nos ofrece uno de los rincones más singulares de este pequeño, pero aprovechadísimo país de los Pirineos.
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