Confitería Camilo de Blas

A mi paso por Oviedo (Principado de Asturias) y callejeando por la ciudad, me encontré esta pastelería que me llamó la atención por la cuidada presentación de su escaparate y el edificio en el que está ubicada. Resultó ser la pastelería Camilo de Blas, una de las mejores de Oviedo. Su interior te transportará al siglo pasado. Abierta en 1914 en Oviedo. Compré media docena de los típicos carbayones, que es un pastel de almendra y yema bautizado con el gentilicio popular de los ovetenses. Se creó en esta casa para acudir junto con los dulces conocidos como "duquesitas" a la primera Feria de Muestras de Asturias celebrada en Gijón en 1924. Cada unidad cuesta 2,60 €. Además podréis encontrar bizcotelas, duquesitas, nuglass, pasteles sin gluten, bombones, delicatessen y productos gourmet.

Siempre que vamos a Oviedo paramos en esta confitería a comprar algo. La verdad es que debería tener la categoría de museo del dulce, tanto por lo rico que está todo como por la antigüedad y belleza del local.

El local precioso, conservando el aire antiguo. El producto bastante bueno, pero el trato por parte de la dueña es pésimo. Deja mucho que desear. Es más, quita las ganas de volver. Da la sensación de que está amargada y de no valer ya para estar detrás de un mostrador. Tiene mucha soberbia en el trato, se cree que por que tiene buen producto puede tratar a los clientes como si nos estuviera haciendo un favor. Como no es la primera vez que tango la mala suerte de que me atienda ella, siempre es igual, y no solo me ha pasado a mí, no recomiendo ir a esta pastelería. Lo que sobran en Oviedo son buenas confiterías.