Templo a la tenacidad
Si bien los cimientos eran fuertes, no así lo eran las paredes que formaban la antigua iglesia de San Pedro, que se remontaba al siglo XII y que fatalmente se vino abajo cuatro siglos después. Pudieron elegir otro lugar, por aquello del mal fario, pero los tenaces sorianos decidieron no sólo levantarla en el mismo sitio, sino que la harían más grande y más hermosa.
El resultado salta a la vista, un imponente edificio gótico que se asemeja a una fortaleza, y que si bien tiene tesoros en madera de incalculable valor como sus retablos y en tela como el tríptico de La Crucifixión, atrae a sus visitantes por la belleza pétrea de su claustro.