Céntrico y funcional
Un hotel sencillo, pero muy innovador, adaptado a las últimas tecnologías. Al lado de la estación central de tren, y a unos pasos de Karl Johann, la avenida principal de Oslo. No incluye desayuno y el que ofrece es muy pobre, mucho mas interesante disfrutar alguna de la estupendas cafeterías del centro. Pero lo mejor: Solicita una habitación en la última planta, las vistas son espectaculares, y si puede ser la 717, aún mejor.