Muros blancos y aires morunos, el...
Muros blancos y aires morunos, el pueblo de Alfarnate se cobija entre roquedos abruptos en la zona alta de la Axarquía. La comarca se puede descubrir desde sus playas de cálidas aguas, pero vale la pena comenzar en la agreste tierra adentro y aventurarse por su geografía atormentada: Allí es donde la Axarquía encanta con su particular sabor añejo.
Peñas desoladas, laderas cubiertas por mares de olivos, viejas higueras y almendros, blancas casas de labor rodeadas de viñas, estrechos valles tapizados de huertas, antiguas acequias moras todavía acarreando agua, conforman el paisaje diverso, asombrosamente verde durante casi todo el año. La Axarquía, a pesar de su belleza, no sería nada sin sus pueblos: Rabiosamente blancos, floridos, apretados y laberínticos, parecen hacer equilibrio en las cimas o laderas de las montañas.
El camino es simplemente espectacular. Entre valles estrechos sembrados con trigales, olivares y melocotones, parece que la estrecha carretera finalmente baja, pero no, otra vez comienza a subir y subir. La antigua población de Comares se esconde entre las nubes, sus casas níveas asomadas a profundos tajos. Enclavada en una peña, la villa es un espléndido balcón: A sus pies, pueblos y cortijos motean de blanco el verdor ondeado de la Axarquía.
Benarmosa, el siguiente pueblo, huele desde hace siglos a naranjos y limones. Cerca está Cútar, una población rodeada de viñas que es sinónimo de excelentes uvas pasas y fino aceite de oliva.
Nuevamente hacia el norte, el pantano de La Viñuela le pone placidez al paisaje accidentado. Desde aquí se puede optar y seguir hasta Alcaucín y Periana, ambos rodeados de un agreste paisaje de enorme belleza, incluido en el Parque Natural de las Sierras Alhama, Tejeda, y Almijara.
Canillas de Aceituno es otro pueblo que regala vistas espectaculares: Desde la terraza de su iglesia se disfruta de un vergel de higueras, nísperos y viñas coronado por el gran pico de la Maroma. Desde aquí comienza una sucesión de pueblos que enamoran con sólo atisbarlos.
Sedella, Salares, Árchez, Cómpeta… Frigiliana ocupa un lugar altisonante en la Axarquía. No por nada obtuvo el Premio Nacional de Embellecimiento: Sus viejos barrios de El Calvario, San Antonio y Barribarte mantienen intacto su origen morisco y su delicioso sabor de antiguo pueblo serrano. Esto lo convierte en el pueblo más visitado de la comarca, sin embargo, ni las multitudes de agosto opacan su belleza.


