Carlos Olmo
El reino de las casas de madera
En Quedlinburgo, mires por donde mirás, verás una casa de madera de diferentes estilos, ya que en esta ciudad, que fue una de las más prósperas de Alemania gracias al negocio de la madera de los bosques de Harz, tiene más de 2000 lugares registrados como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Destaca, literalmente, la colina donde se asientan el castillo y la colegiata, centros de poder antaño y hoy museos que albergan obras de arte secular y eclesiástico de gran valor. La basilica de tres naves data del s.XII y fue iglesia del convento de monjas de Quedlinburgo. Ahora se celebra el Verano de la Música de Quedlinburgo, una actividad muy diferente de la que fue creada.
Hay que patearse a fondo la ciudad, entrando en cada callejon y recoveco, para poder sumergirte en la época medieval en la que la ciudad prosperó, donde sólo los ricos podían permitirse construir su casa en piedra, mientras que los artesanos vivían en pequeñas casas de madera de 2 plantas.
La plaza del mercado, recién estrenada después de dos años de rehabilitación, tiene como principal edificio el ayuntamiento, del Renacimiento con añadidos de varios siglos, y la pequeña estatua de Roland en una de sus esquinas.
Recomiendo al atardecer subir hasta Münzenberg, un barrio que originalmente era hogar de los pobres, y que hoy alberga la iglesia conventual de Santa María y tiene las mejores vistas del castillo y colegiata, desde el café Münzenberg.
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