Es un poco la turistada
La relación calidad-precio se compensa por las increíbles vistas.
Servicio tradicional, no destacable.
Tuvieron el mal gesto de cobrarnos el pan y los aperitivos sin haberlos tocado. Y cuando lo comentamos, cortésmente, nos indicaron que venía reflejado en la carta.
Entiendo que tengan que cobrarlo, que lo específica en la carta, pero, con una buena cuenta y unos clientes fieles (mi hermano y su doña), lo bueno hubiera sido el regañarnos, vale, y luego hacer el gesto de no cobrarlo.
Las croquetas de cabracho son deliciosas, las gambas a la plancha se comían como pipas y el arroz negro estaba de 7-8. En su punto, sabroso, con los bichos y deliciosos.