De iglesia a mercado
Perteneciente a la antigua Iglesia del Carmen, la que tardó casi dos siglos en construirse, el claustro barroco transformado por la desamortización en 1835, albergó la cárcel, los tribunales de justicia y el mercado de verduras y productos de la tierra, aparte de varias terrazas y pequeñas tiendas de recuerdos que se complementan con bares de tapas y restaurantes.
Aquí es fácil encontrar productos tan menorquines como el afamado queso Mahón-Menorca, la carn i xua, la sobrassada o el botifarró, las mermeladas artesanas, la miel y las ensaimadas, los flaons o los robiols.
No podemos olvidarnos del gin, los productos de la piel, como las avarques y la afamada cerámica que tiene en Lladró su máximo exponente.