CIAVIN (Centro de Interpretación de la Arquitectura del Vino y Bodega de las Ánimas)

Aranda de Duero, tierra de vino y cordero, es una ciudad que prosperó merced al privilegio de pontazgo sobre este río en la ruta que unía ambas mesetas y se prolongaba hasta Francia.

Acostumbrada a ser parada y fonda, hizo del vino su motor económico horadando por completo su subsuelo para elaborar y almacenar unos caldos forjados en el fragor de las temperaturas extremas, habituales en esta región.

Así el CIAVIN (centro de interpretación de la arquitectura del vino) homenajea toda esta tradición vinatera a través de un viaje por el pasado de Aranda que incluye una maqueta basada en el mapa arandino de 1503 (uno de los más antiguos que se conservan), otra acerca del funcionamiento de un lagar tradicional, cada vez más raros de ver, y también se exhiben los distintos modos en los que el vino ha influido en nuestra arquitectura.

Si vas a viajar y disfrutar del turismo vinícola de la Ribera del Duero tienes suerte, porque en Aranda de Duero dispones de un centro de interpretación de la Arquitectura del Vino en el que te enseñan las diferentes estructuras que intervienen en su producción.

La instalación está en un local del ayuntamiento, antigua casa típica de Aranda de Duero y se puede ver un recorrido histórico a través de maquetas y fotografías por las construcciones que ayudan a los agricultores durante la cosecha, recolección o tratamientod del vino.

Lo mejor de la visita es, sin duda, visitar la Bodega de las Ánimas, una de las muchas cavidades que horadan la villa.

Está genial, se ve en un ratito y te hace entender mejor la historia de Aranda de Duero, sus bodegas, cómo se obtenía el vino.