El lugar bien cuidado, pero se han pasado con la masificación.
Mira que me gustaba. Llegas y te encuentras con todas las mesas reservadas para una determinada hora a la que tendrás que dejarla. No sé distingue del todo si es para tomar algo, para comer, para una copa. No definen el ambiente y se quiere abarcar todo con lo que al final dependes de lo que toque ese día. Los precios normales, quizá un poco altos. El sitio espectacular. Una pena que se quiera abarcar tanto, pierde mucho.