Cheers

Con su apariencia cutre e incluso descuidada, Cheers fue, es y será el corazón neurálgico de los viernes, sábado e incluso domingos, por la tarde y noche. Generalmente la primera impresión no es buena, pero tras varias visitas nos daremos cuenta que podremos conocer a todo el peublo en una sola jornada y en un gran ambiente de pueblo.

Comida no hay, la atención es aparentemente normal (en ningún caso mala), la selección de cervezas y whiskies más que decente ... verdaderamente difícil de describir, hay que experimentarlo, quizás sea el ambiente e incluso que fue allí donde me enseñaron a beber whisky de malta ... quién sabe.