Aeropuerto Internacional de Singapur

Mirando desde el avión, y mucho más de madrugada, con los ojos pegados después de 13 horas de travesía, es difícil ver y apreciar mucho menos, el gigantesco tamaño del aeropuerto de Singapur.
Sólo al bajar del aparato puede uno medir a ojo de buen cubero la enormidad de las instalaciones.
Primero un diseño ultramoderno, donde lo único que desentona son los kilómetros de moqueta que son inexplicables en un ambiente de tanta humedad como es Indonesia. Pero bueno, seguro que preguntando al diseñador daría una explicación.
Las tiendas que conforman la oferta comercial son de ultralujo: joyerías, cristal de Swaroski, perlas...Las tiendas de ropa van desde las cadenas internacionales hasta las más exclusivas, como Hermés.

Este Aeropuerto de Singapur llamado Aeropuerto Changi es mí preferido y para mí el mejor del mundo.

Cuando estuve en Singapur, desembarcar, pasar por emigración, recoger equipaje y salir a la calle me costó solo 20 minutos, ningún aeropuerto realiza este servicio con tanta diligencia.

He tenido que pasar por él en varias ocasiones, Changi es aeropuerto de escala obligada para acceder a cualquier país asiático, a Australia o a Nueva Zelanda.

Las horas de espera en tránsito se hacen agradables, es un auténtico bálsamo después del agotador vuelo desde Europa.

El traslado de una terminal a otra se hace por tren de recorrido interior.

Este aeropuerto, compuesto de tres terminales es desde luego el mejor aeropuerto que he visto jamás. Tiene una buena conexión con el centro de la ciudad y entre las tres terminales circula un pequeño trenecillo que sale cada dos, tres minutos y el viaje dura apenas dos, tres minutos. Si uno tiene un vuelo de conexión y no le apetece bajar a la ciudad, hay un montón de actividades en la zona de tránsito que le ayude a pasar el tiempo: jardines interiores y exteriores, una piscina, cines en las tres terminales, zonas lúdica, máquinas de masaje para los pies, internet grátis y muchas tiendas, bares y restaurantes con la música en vivo.

Dicen que es uno de los mejores aeropuertos del mundo. Lo cierto es que por dentro, aunque no me lo recorrí mucho, impresiona. Fuentes y verde por todos los lados, limpieza absoluta... Además, conecta espectacularmente bien con la mayor parte de Asia, por lo que es un centro neurálgico de los viajes por esta zona del mundo.