Carlos Olmo
Arquitectura de Vanguardia
Cuando llegué a la capital de Minas Gerais, Belo Horizonte, lo primero que me sorprendió fue la modernidad de la ciudad, frente a las que había visitado antes en el estado, como Ouro Preto, Tiradentes y Sao Joao del Rei.
La razón es clara, y es que Belo Horizonte fue fundada en 1897, o sea que tiene poco más de un siglo. Sustituyó a Ouro Preto como capital del estado, y su población supera ya los dos millones de habitantes
Es una ciudad muy amplia con grandes jardines y avenidas, y edificios de fama mundial, como el edifício residencial en la Praça da Liberdade, un proyecto de Oscar Niemeyer ejecutado entre 1954 y 1960. Me alegró mucho ver el edificio, ya que Niemeyer es uno de mis arquitectos preferidos.
Niemeyer es el arquitecto padre de Brasilia y cientos de lugares emblemáticos por todo Brasil, como los museos de Curitiba y Niteroi, y en todo el mundo, como su participación con Le Corbusier en el diseño del edificio de Naciones Unidas en Nueva York en 1952.
Tiene más de 100 años y sigue involucrado en proyectos muy ambiciosos, como el actual en Gijón, el Centro Niemeyer, que será un referente internacionales en contenidos culturales y un espacio asociado a la excelencia dedicado a la educación y la cultura, gracias a la alianza con la ONU.
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